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"La brecha educativa será más profunda después del confinamiento"

Con el cierre de los colegios e institutos, el sistema educativo ha mostrado sus debilidades y se profundiza una brecha entre los estudiantes más desfavorecidos económicamente. La necesaria continuación del curso escolar ha obligado al alumnado a seguir sus clases por conexiones distanciadas a través de los ordenadores domésticos, pero casi el 9% de los hogares no tiene acceso a internet ni ordenador, según datos de 2019 del INE. Pero ese porcentaje se incrementa hasta el 22% sin conexión y hasta el 42% sin ningún tipo de ordenador en familias con ingresos menores de 900 euros. 

Sonsoles San Román afirma «Hay que tener en cuenta que la pobreza va a salir a la superficie», «Veremos flotar las diferencias sociales y materiales a nivel de cultural como un cadáver».

«Los profesores atienden esto con sus propios medios, algo que forma parte de la situación excepcional. Hay unos que se involucran y otros que se niegan», analiza Guillermo Bautista Pérez,  «En este momento, la atención debe ser personalizada para que no exista la brecha educativa o aminorarla. Los docentes tienen que ser creativos para realizar las tareas de forma motivadora pero también deben saber la situación de los niños en casa».

«A nivel académico se está viendo la reducción de los conocimientos que adquieren los estudiantes», expone Sonia González, que trabaja con alumnos en situación vulnerable. «La brecha educativa entre niveles socioeconómicos se va a agrandar porque el acceso a la educación es desigual». Planea por tanto la sombra del abandono escolar temprano que en España se sitúa en el 17,9%, la más alta de la Unión Europea. «Si conseguimos que estos jóvenes no se descuelguen y que todos se conecten, habrá un después», dice González.
Ahora bien, la educación en el aislamiento es «el individualismo absoluto», afirma San Román. «El fracaso escolar no se revierte con más inversión sino cambiando el modelo cultural para incrementar el rendimiento». «No es un tema económico sino cultural y un ordenador puede cambiar todo un sistema cultural. Pero se requiere más que una inversión económica, desarrollar valores de solidaridad, cooperación y comprensión. Porque el fracaso escolar no se revierte con más inversión sino cambiado el modelo de cultural para incrementar el rendimiento de la persona. El fracaso social se crea por las expectativas de futuro y depende de la clase social. Da igual si les das dinero, si la cultura los está frenando. El tema económico no es tan importante como el cultural».

 «Se está reaccionando muy tarde», sentencia Ferrer. «El riesgo es que la brecha digital, unida a dificultades familiares, se convierta en mayor desigualdad educativa, con un aumento de la repetición de curso, caída en los niveles de competencia y, a largo plazo, una desvinculación que concluya en el fracaso educativo. La crisis sanitaria se puede convertir en una crisis educativa».

Chiappe, D. (15 de abril de 2020). La brecha educativa será más profunda después del confinamiento. El comercio. Recuperado de: https://www.elcomercio.es/sociedad/educacion/brecha-educativa-profunda-tras-confinamiento-coronavirus-20200415200252-ntrc.html